Farmacovigilancia | La incorporación de técnicas de web data extraction, que capturan datos de publicaciones de pacientes y usuarios de las redes sociales, permite procesar nueva información de efectos adversos derivados de la administración de medicamentos. Estas técnicas son un soporte fundamental para la toma de decisiones de la industria farmacéutica.
¿Cómo es posible mejorar el monitoreo de riesgos de medicamentos a partir de los avances del web scraping y la automatización que propone la extracción de datos digitales de la web? ¿De qué manera lograrán los laboratorios farmacéuticos y organismos reguladores poder hacer frente a los conjuntos de datos que surgen del procesamiento de los fármacos y potenciar su explotación para volverlos cada día más seguros?
Cuando un nuevo fármaco está por lanzarse para su comercialización, es autorizado en base a la premisa de que los beneficios de su administración superan los riesgos latentes que suponen para la población objetivo. No obstante, no todas las reacciones adversas potenciales o reales se identifican en el momento en que se autoriza su lanzamiento inicial al mercado.
En este punto, la Farmacovigilancia adquiere un rol central en el sistema de salud pública: es el proceso continuo de detección, evaluación, análisis y prevención de eventos adversos, producto de la administración de medicamentos o de otros problemas relacionados con ellos (errores, falsificación, falta de eficacia, mal uso o abuso, etc.) tanto en su fase pre comercial como durante su posterior aprobación y comercialización.
El concepto de Farmacovigilancia comenzó a usarse en la década del ’60 en Alemania a partir de los efectos producidos por la Talidomida, que había sido lanzada al mercado por esos años, lo que trajo como consecuencia que los gobiernos de los distintos países y los organismos globales de salud iniciaran un control más estricto para aumentar la seguridad del paciente y de la población.
Por lo general, tanto en nuestra región como en los países desarrollados, los sistemas de Farmacovigilancia son imperfectos: las notificaciones suelen ser redundantes sobre efectos ya conocidos, la información está dispersa o poco estructurada, existe falta de motivación de profesionales para cumplir con las notificaciones, hay sistemas de salud inequitativos, escasa interacción entre pacientes y profesionales, así como también oferta de medicamentos con indicaciones no aprobadas.
A pesar de estos problemas, el uso intensivo de datos y monitoreo tradicional es cada vez más necesario por parte de la industria, requiriendo periódicamente la información histórica del ciclo de vida completo del fármaco: desde la concepción, ensayo y aprobación hasta los eventos reportados tras su administración en el mercado.
Resulta imperioso poner en práctica programas activos basados en información precisa, centralizada y sistematizada, que complementen a los métodos tradicionales de notificaciones y bases de datos de organismos públicos.
¿Pueden las tecnologías de procesamiento de múltiples fuentes digitales y web scraping ayudar a mejorar el monitoreo de los riesgos de medicamentos, volviendo más rentables estos procesos para las empresas que los producen y comercializan?
Definitivamente sí.
Farmacovigilancia a partir de la transformación digital
Ante el crecimiento exponencial del uso de la web para temas de salud -incluyendo portales de información de salud, boletines médicos, foros de discusión, blogs y redes sociales- se ha multiplicado la complejidad y dominios donde los sistemas de farmacovigilancia pueden obtener datos.
Al mismo tiempo, la información de salud publicada online por los pacientes representa una fuente de información potencialmente valiosa tanto para las empresas farmacéuticas como para los organismos públicos de salud.
En la última década han aparecido y proliferado numerosos Sitios de Redes Sociales (SNS) y de Aplicaciones Web, producto de la denominada “transformación digital”. Aquellos sitios dedicados a las comunidades sanitarias se han vuelto populares, siendo espacios digitales que permiten a sus usuarios intercambiar información sobre su estado de salud con otros que lidian con los mismos problemas o patologías y recibir apoyo entre pares. Estos sitios incluyen categorías como:
a) Plataformas públicas online: albergan una gran cantidad de comunidades y grupos relacionados con la salud, y también contienen grandes volúmenes de publicaciones de usuarios individuales relacionadas con problemas de salud (ej. Facebook, Twitter, Tumblr, etc.).
b) Foros y redes sociales de atención médica especializada: sitios de redes genéricos sobre temas de salud general y apoyo para enfermedades, que generalmente requieren perfiles de usuario (www.patientslikeme.com, www.dailystrength.org, www.medhelp. Org, https://exchanges.webmd.com, http://curetogether.com/). Allí las personas discuten sus experiencias relacionadas con la salud, incluido el uso de medicamentos recetados, efectos secundarios y tratamientos.
c) Plataformas de intercambio centradas en la medicina: foros de pacientes, que permiten compartir y comparar experiencias en el uso de ciertos medicamentos (http://www.askapatient.com, http://www.medications.com/). Además existen foros de salud online más específicos, centrados en enfermedades.
No caben dudas de que estos datos y opiniones -publicadas en forma espontánea por los usuarios- son una de las fuentes potenciales de mayor valor agregado en el área de la farmacovigilancia. Sin embargo, el desarrollo de algoritmos sofisticados que puedan tratar con este complejo y enorme volumen de información heterogénea de las redes sociales, es un trabajo abierto muy incipiente. Aún resta mucho camino por recorrer para seguir explotando estas técnicas web data extraction, de modo que puedan contribuir a optimizar la toma de decisiones, tanto en la industria farmacéutica como en los organismos reguladores de la actividad.
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